¿Qué modalidades de depósitos existen?

Las modalidades principales de depósitos vienen determinadas por la posibilidad del depositante de hacer uso del dinero entregado en depósito antes del vencimiento del mismo. Así, se pueden distinguir dos modalidades principales de depósitos:

    • Depósitos a la vista: aquéllos en los que el depositante está facultado para hacer uso del dinero entregado a la depositaria en cualquier momento. Principalmente se pueden distinguir dos categorías de depósitos a la vista:
      • Cuentas corrientes: tienen como soporte el extracto bancario, permiten la utilización de cheques y la posibilidad de descubiertos autorizados (saldos negativos en cuenta).
      • Cuentas de ahorro: su soporte es una libreta en la que se toma nota de los movimientos de saldos, no siempre llevan asociado un talonario de cheques ni tampoco la posibilidad de descubiertos en cuenta.
Los depósitos a la vista, además de por su inmediata disposición, se caracterizan por permitir servicios adicionales tales como: obtención de tarjetas, domiciliación de recibos, nóminas o pensiones, etc.
En cuanto a los posibles gastos que puede ocasionar al depositante, dos son las comisiones principales en este tipo de productos: comisión de mantenimiento y comisión de administración. En la vertiente contraria, existe la posibilidad de que el depósito a la vista se encuentre remunerado.
  • Depósitos a plazo: aquéllos en los que el depositante no puede hacer uso del dinero entregado a la entidad financiera hasta el transcurso del plazo pactado o, en caso de que esté prevista la amortización anticipada, previo pago de una comisión.
    A cambio de esta limitación en la facultad de disposición, el titular del depósito recibirá unos intereses en la forma (trimestral, semestral, anual, al vencimiento, etc.) y cuantía pactadas. Para facilitar la comparación entre depósitos, se utiliza la TAE.

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