Los ciudadanos, en general, y los nuevos usuarios de servicios financieros, en especial, deberán estar en posesión de determinadas competencias digitales básicas para poder desenvolverse en el nuevo entorno. Estas competencias básicas son las siguientes:
- Conocimientos informáticos: Uso de ordenador personal, “tableta”, o smartphones.
- Navegación por Internet con los anteriores dispositivos.
- Conocimiento de la terminología empleada en este entorno, de los riesgos de la operativa digital -como las ciberestafas o ciberdelitos-, y de las nociones básicas de ciberseguridad.
- Nociones sobre privacidad y protección de datos de carácter personal.
- Comercio electrónico, formalización de contratos a distancia y medios de pago en este entorno.
- Banca digital, con diferenciación entre los distintos tipos de proveedores existentes, del marco regulador y supervisor aplicable a cada uno de ellos, y de las diferencias entre los servicios prestados, a pesar de su aparente identidad, cuando corresponda.
- Derechos que asisten al consumidor en el entorno digital: Información precontractual para comparar las ofertas, solicitud de información al proveedor sobre el bien o servicio, desistimiento del contrato, devolución de las mercancías o rechazo del servicio, etc.
- Deberes del consumidor: Comportamiento leal basado en la buena fe, pago del precio del bien o servicio, etc.
- Presentación de quejas y reclamaciones, tanto sobre aspectos comerciales como de salvaguarda de la privacidad y de sus datos personales.
- Resolución judicial de litigios.