¿Por qué surge la necesidad de realizar seguros?

La vida viene marcada por la incertidumbre, ya que no sabemos con certeza lo que puede ocurrirnos en el futuro, ni a nuestra propia persona ni a nuestro patrimonio. Ante esta situación, todas las personas estamos expuestas a una serie de riesgos motivados por diversas causas más o menos controlables.

En este sentido, se considera riesgo el peligro o la posibilidad de sufrir un daño o de que ocurra una circunstancia desfavorable. Toda persona puede fallecer o enfermar en un momento determinado, de la misma forma que sus pertenencias pueden resultar destruidas o dañadas por diversas circunstancias.

Desde la óptica del seguro, el riesgo es un suceso que no depende de la voluntad del tomador, del asegurado o del beneficiario, y cuya materialización da origen a la obligación de la prestación por parte de la compañía. La Jurisprudencia ha establecido que deben concurrir las siguientes características: suceso incierto, posible, concreto, lícito, fortuito y determinado.

La cobertura de estos riesgos constituye la causa y el objeto de todo contrato de seguro, ya que ayuda a protegerse económicamente ante el acaecimiento de hechos imprevistos, cuyas consecuencias superan la capacidad individual de reparación.

Aun sabiendo esto, hay personas que asumen el riesgo, mientras que hay otras que prefieren disponer de algún tipo de ayuda económica en caso de que, en el futuro, se vean afectadas por acontecimientos (contingencias) desfavorables.

OTRAS CUESTIONES RELACIONADAS

Guía Financiera