¿Qué riesgo conlleva la inversión en renta variable?

Si bien estadísticamente las inversiones en acciones pueden tener un rendimiento a largo plazo superior al de la renta fija, a corto plazo no hay que perder de vista que el mercado bursátil puede ser muy volátil y cualquier período puede cerrarse con grandes ganancias o pérdidas para los inversores. 

Los principales riesgos de la renta variable, además de la citada volatilidad del mercado bursátil, pueden resumirse como sigue:

  • Las acciones no tienen una rentabilidad determinada y, en la mayoría de los casos, ni siquiera predecible. La excepción a esta regla general la constituyen lo que se denomina en el argot bursátil “acciones-dividendo”, esto es, aquellas que pertenecen a compañías que tienen establecida una política de retribución periódica de dividendos a sus accionistas. Ahora bien, el reparto de dividendos requiere que la sociedad tenga beneficios y, además, no suele estar determinado de antemano el porcentaje concreto del excedente a distribuir entre los accionistas. Y, por supuesto, a pesar de la tendencia histórica, nunca podrá garantizarse que se mantenga en el futuro.
  • Las rentabilidades obtenidas por una acción en el pasado no garantizan que se vayan a mantener en el futuro.
  • La evolución de una sociedad cotizada no depende única y exclusivamente del buen hacer de la misma y de los resultados económicos que obtenga. En los mercados de renta variable operan múltiples factores aparte de los resultados y de la marcha de las sociedades que los componen: previsiones y análisis de expertos sobre la propia compañía, situación macroeconómica, tipos de interés de referencia, inflación, etc.

Por ejemplo, en el caso de que un ciudadano residente en España invirtiese 1.000 euros en acciones de una sociedad anónima estadounidense, los riesgos básicos que afrontaría serían los siguientes: 

  • De mercado, por situaciones adversas (precio de las materias primas, tipos de interés, tipos de cambio, etc.) que puedan afectar a la economía donde la compañía opera (en este caso concreto se trataría de la economía estadounidense). 
  • De crédito, por situaciones que puedan afectar específicamente a la empresa en la que se invierte. 
  • De cambio, por la evolución que pueda tener el tipo de cambio dólar-euro. 

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