En los planes de aportación definida (como son los planes del sistema individual), el derecho consolidado viene dado por las aportaciones, la rentabilidad de las inversiones que integran el fondo de pensiones, los gastos y, en su caso, las pérdidas producidas. Los rendimientos de las inversiones del fondo, las variaciones al alza o a la baja del valor de mercado de las inversiones, los gastos (comisiones de gestión y depósito, y otros), y las pérdidas y beneficios en la venta de activos del fondo, se “imputan” a los derechos consolidados de los partícipes individualmente.
La expresión “derecho consolidado” no implica necesariamente un valor garantizado o una garantía de una rentabilidad o revalorización. El importe del derecho consolidado, en función de la rentabilidad que se vaya obteniendo y del valor de los activos del plan, pueden ir variando al alza o a la baja en el transcurso del tiempo.
