Día Mundial del Medio Ambiente 2024
Las carreteras electrificadas representan un avance tecnológico significativo que promete revolucionar la movilidad eléctrica. Un ejemplo reciente es un Toyota RAV4 híbrido enchufable que recorrió casi 2000 km en 100 horas sin detenerse a recargar, gracias a una carretera electrificada que recarga el coche en marcha. Este desarrollo no solo mejora la autonomía de los vehículos eléctricos, sino que también podría eliminar el temor a quedarse sin batería y reducir la necesidad de baterías más grandes y caras, disminuyendo así el impacto ambiental y los costes de fabricación.
La tecnología de las carreteras electrificadas funciona mediante inducción, instalando bobinas bajo el asfalto que transmiten energía a los vehículos que circulan sobre ellas. Electrificar un kilómetro de carretera cuesta aproximadamente 1.5 millones de euros, una inversión significativa pero menor en comparación con la instalación de líneas de tranvía. Esta tecnología se puede integrar en carreteras ya existentes, facilitando su implementación y mejorando la infraestructura sin necesidad de grandes obras.
En países como Suecia, Francia y Alemania ya se están realizando pruebas y proyectos piloto. Suecia, por ejemplo, planea electrificar 3000 km de carreteras para 2035, lo que permitirá reducir las emisiones del transporte en un 86%. Además, esta tecnología puede hacer que los coches eléctricos sean más asequibles al reducir la necesidad de baterías grandes y costosas, permitiendo que más personas accedan a estos vehículos y contribuyan a la reducción de emisiones.
La combinación de tecnología avanzada y educación financiera es crucial para un futuro sostenible. Entender los beneficios económicos y ambientales de esta tecnología nos ayuda a tomar decisiones más informadas. Un coche eléctrico con una batería más pequeña y una red de carreteras electrificadas puede ser una opción más económica a largo plazo que un coche de combustión, tanto en términos de mantenimiento como de combustible. Además, los vehículos pueden cargarse en marcha, reduciendo el tiempo de inactividad y aumentando la rentabilidad para negocios que dependen de flotas de vehículos.
Finalmente, la seguridad de las carreteras electrificadas es un aspecto importante. Las investigaciones indican que, al instalar las bobinas de inducción a 10 cm bajo el asfalto, el campo electromagnético generado es muy bajo. A nivel de la superficie, la salida de voltaje es de apenas 1V, lo que significa que no se podría sentir la corriente eléctrica incluso si se anda descalzo sobre el asfalto. Superar desafíos como la estandarización del sistema y la colaboración entre agentes públicos y privados será crucial para la adopción masiva de esta tecnología.