Durante muchos años, la banda magnética ha sido soporte suficiente para tramitar las operaciones de tarjetas. Actualmente, el chip EMV es la solución adoptada por los sistemas de pago para la mejora de la seguridad y duración de las tarjetas.
EMV son las siglas del consorcio Europay, Mastercard y Visa, que son las corporaciones que han desarrollado esta tecnología.
Las entidades financieras españolas migraron sus tarjetas de tecnología con banda magnética a tarjetas provistas de chip en 2011.
Las ventajas de las que se benefician los titulares de tales tarjetas son:
- Mayor seguridad, tanto para la tarjeta, ya que reduce la posibilidad de su falsificación, al ir la información encriptada en el chip, como para el titular, al solicitarse el tecleo del PIN en las operaciones, lo que reduce el riesgo de fraude en caso de robo o pérdida (queda superada por tanto la autenticación mediante la firma manuscrita).
- Mayor rapidez en las compras en comercios, al no tener que firmar los recibos.
- Mayor proyección de futuro, ya que el chip podrá albergar otras aplicaciones que permitan integrar más servicios en las tarjetas.