Puede afectar a través de dos canales principales, el de los riesgos físicos y el de los riesgos de transición.
Los riesgos físicos se definen como aquellos que derivan de la creciente severidad y frecuencia de eventos meteorológicos extremos, o bien de un cambio gradual y a largo plazo del clima de la Tierra. Estos riesgos pueden afectar a las empresas directamente, mediante el daño sobre activos o infraestructuras, o indirectamente, al alterar sus operaciones u originar la inviabilidad de sus actividades.
Los riesgos de transición derivan de la transformación del modelo productivo, para la implantación de un modelo descarbonizado y sostenible. Incluyen los riesgos vinculados con las políticas públicas, los jurídicos, los tecnológicos, los de mercado y los reputacionales.