¿Cuál es el plazo al que se puede formalizar un préstamo?

Por norma general un préstamo personal suele tener un plazo inferior a 10 años y un préstamo hipotecario puede llegar hasta 30 años, e incluso más.

Una regla básica es que el plazo del préstamo no debe superar la vida útil del bien que vamos a adquirir con la financiación. De forma que, cuando este bien ya no nos sirva por obsolescencia o deterioro por el uso y nos veamos en la necesidad de reemplazarlo, ya hayamos terminado de pagarlo. Así evitamos tener que buscar financiación para el bien nuevo cuando todavía seguimos pagando el que ya no tenemos o que ya no funciona.

Fijémonos también en que el plazo que tenga el préstamo está relacionado con el total de intereses a pagar. A mayor plazo, aunque la cuota sea más reducida, la cantidad a pagar de intereses es sustancialmente mayor.

Ejemplo: Calcular la cantidad a pagar por un préstamo de 100.000 euros con liquidaciones mensuales, en 4 plazos distintos: 15, 20, 25 y 30 años. En todas las simulaciones el interés nominal es el mismo: 3% anual. Estos son los datos que obtenemos:

PlazoCuota Desembolso 
(años)mensualDiferenciatotalDiferencia
15690,58 € 124.304,40 € 
20554,59 €-135,99 €133.101,60 €8.797,20 €
25474,21 €-80,38 €142.263,00 €9.161,40 €
30421,60 €-52,61 €151.776,00 €9.513,00 €

Podemos observar cómo aumentar el plazo del préstamo en 5 años, disminuye la cuota, pero, en contrapartida, el desembolso total que habremos hecho cuando terminemos de pagar el préstamo será mayor.

Si analizamos las variaciones, los descensos de cuota son cada vez más reducidos, a medida que aumenta el plazo. Sin embargo, el desembolso total se incrementa cada vez en mayor cantidad.

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