¿Qué es la volatilidad de un fondo de inversión?

Existen distintas medidas del riesgo de un fondo, aunque la más utilizada es la conocida como «volatilidad», que viene a ser el promedio anualizado de las variaciones diarias del valor liquidativo en un período determinado respecto al valor medio de dicho valor liquidativo en ese período. La volatilidad se expresa en tanto por ciento. Una mayor volatilidad implica un mayor riesgo, una mayor oscilación del valor liquidativo respecto a la media del período, ya que indica la existencia de valores muy distantes (por arriba o por abajo) del valor medio del fondo.

A título de ejemplo, un fondo monetario suele tener una volatilidad anual inferior al 1%, mientras que un fondo de renta variable nacional puede tener una volatilidad próxima al 20%, o incluso superior.

Es habitual medir la volatilidad relativa de un valor respecto a la volatilidad del mercado en el que cotiza, lo que se conoce como la Beta (β), que indica la sensibilidad de un fondo respecto a los movimientos del mercado, conforme sigue:

  • Beta < 0: el fondo se mueve en dirección opuesta al mercado, se trataría de un fondo anticíclico, ideal para resguardarse si se esperan bajadas pronunciadas en ese mercado.
  • Beta = 1: el fondo oscila en la misma magnitud y dirección que el mercado. Tendríamos un fondo que replicaría al mercado.
  • Beta > 1: el fondo es más volátil que el mercado. Sería un fondo con más riesgo que la media del mercado, por lo que se esperaría que tuviera mayor rendimiento que el mercado si éste sube, pero mayores pérdidas si baja.
  • Beta < 1: el fondo es menos volátil que el mercado. Estaríamos ante un fondo con menos riesgo que el propio mercado, por lo que, si el mercado sube, el fondo obtendría una menor rentabilidad que la media, pero si el mercado baja, las pérdidas del fondo también serían menores.

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