Una moneda virtual es definida por el Banco Central Europeo como “una representación digital de valor, no emitida por un banco central, entidad de crédito o entidad de dinero electrónico, la cual, en algunas circunstancias, puede ser utilizada como una alternativa al dinero”.
Las monedas virtuales pueden seguir un esquema centralizado, o un patrón descentralizado de organización y funcionamiento basado en el “blockchain”
Uno de los problemas para los usuarios de monedas virtuales es su elevada volatilidad, pues su valor puede oscilar al alza y a la baja acusadamente, lo que desvirtúa su uso como medio de pago y las aproxima a los activos que sirven para invertir en ellos.
Aunque el “Bitcoin” es la moneda virtual más popular, existen unas 500 en el mundo.