Los fondos de inversión, junto con las sociedades de inversión, se integran dentro de lo que se denomina «instituciones de inversión colectiva» (IIC), esto es, instituciones cuyo fin es captar recursos del público que posteriormente gestionan mediante inversiones en activos de distinta naturaleza. La característica principal de las instituciones de inversión colectiva es que el rendimiento no es individual de cada inversor sino colectivo, de forma que todos los partícipes (integrantes de la IIC) participan del resultado de la inversión llevada a cabo por la IIC.