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Riesgo: es la posibilidad de pérdida o daño que puede afectar a una persona y su patrimonio. Para ser considerado objeto de un contrato de seguro, un riesgo debe tener las siguientes características: ser posible pero incierto, aleatorio, susceptible de tratamiento estadístico, lícito y no producir lucro.
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Prima: es el precio del seguro, el montante económico que paga el asegurado, contratante o tomador como contraprestación por la cobertura de riesgo que contrata con la aseguradora. Dicha prima se abona en el momento de emisión de la póliza, ya sea inicialmente o con ocasión de sus sucesivas prórrogas, en su caso. No obstante, el pago de la prima puede ser susceptible de fraccionamiento mensual, trimestral, semestral, etc.
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Siniestro: es el acaecimiento de un riesgo expresamente cubierto por la póliza.
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Indemnización: es la cantidad de dinero que desembolsa la compañía de seguros a favor del asegurado, al producirse un hecho que perjudica al asegurado o su patrimonio. También puede materializarse a través de la realización de servicios y/o tareas o la sustitución del elemento asegurado.